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Virginia Yarur: “Los JJOO son el sueño de mi vida”

Por: Bárbara Vicuña B. Fotos: Archivo personal de Virginia Yarur

Apenas supo que estaba clasificada para participar en los Juegos Olímpicos de Tokio conversamos con ella. “Quedé en shock. No podía reaccionar”, contó a revista Socios.

Apenas la Federación Ecuestre de Chile publicó en todas las redes sociales que Virginia Yarur representaría a Chile en los Juegos Olímpicos de Tokio, comenzamos a tratar de ubicarla. Era fundamental conversar con ella y que nos transmitiera todas las emociones que sentía en ese momento. Costó –seguramente Chile entero estaba tratando de ubicarla–, pero lo logramos. He aquí parte de nuestra conversación:

¿Cuál fue tu primera reacción cuando te comunicaron oficialmente que estabas clasificada a los JJOO?
–¡Quedé en shock! ¡No podía reaccionar! Sabía que si Anabelle Collins de Bermuda y Patricia Ferrando de Venezuela no lograban hacer su segundo puntaje sobre 66% en la competencia de Le Mans, era yo la que entraba a los Juegos Olímpicos. Yo sí tenía las notas exigidas por la FEI; las hice en 2020. Anabelle compitió el jueves y no lo logró, aunque estuvo muy cerca, más tarde compitió Patricia y tampoco lo logró. Ahí ya supe que estaba clasificada. Mis hijos, que seguían los resultados on Live, me llamaron por teléfono y me dijeron: “¡Mamá entraste! ¡Vamos a celebrar!”. Y yo les decía: “Esperen, no digan nada hasta que sea oficial”. Además, por respeto a mi amiga Paty Ferrando no quise celebrar de inmediato.

¿En qué minuto se comunicó oficialmente?
–Al poco rato me escribió el marido de mi entrenadora diciéndome que llamara a la Federación Ecuestre de Chile para que mandaran mi Certificate of Capability a la FEI.
Le escribí a Max Piraino, que estaba más emocionado que yo, ya que yo seguía en shock y no reaccionaba. Algunas horas después mis hijos me mandaron la publicación del Team Chile que decía, ¡CLASIFICADA! Después supe que la FEI respondió muy rápido, felicitando a Chile por su clasificación individual a Tokio. Y eso lo recibió el COCH. Por eso lo publicó el Team Chile tan rápido. Luego empezó a aparecer en redes sociales y noticias. ¡Fue un día muy emocionante!

¿Cuál fue tu primera sensación? ¿Alegría, emoción, nervios?
–No tuve reacción; como que no podía asimilar la magnitud de lo que estaba pasando, porque no esperaba llegar a estos Juegos Olímpicos, a pesar de que ya me venían diciendo que me preparara porque había una gran posibilidad de que entrara. La verdad es que recién lo estoy asimilando, es un gran desafío y una gran responsabilidad.

¿Qué significa para ti representar a Chile en los JJOO? ¿Sientes que es el escalón más alto de tu carrera?
–Representar a Chile, mi país, siempre ha sido un gran honor, pero los Juegos Olímpicos son el sueño de toda mi vida. Estoy muy feliz porque las cosas se fueron dando para mí. Yvonne Losos de Muñiz, mi entrenadora, fue planificando toda mi carrera; por ejemplo, me decía: “Ahora chica necesitas un caballo de Grand Prix, vas a hacer Grand Prix” y salíamos a buscar el caballo, siempre con el apoyo de mis padres. Así fue que Yvonne fue guiando mis pasos. Y miren dónde estoy… la verdad es que veía muy lejana la posibilidad de una olimpíada hasta que se fue acercando.

Eres la primera representante de Chile en los JJOO –en adiestramiento– después de más de 50 años.
–Sí y es un honor, pero, también significa que tengo que seguir trabajando y esforzándome para ser mejor.

En México 1968, el equipo chileno de adiestramiento quedó en quinto lugar. ¿Crees que esta vez se pueda superar esa meta?
–Es diferente, porque en 1968 Chile iba por equipos, yo voy como individual. A lo que aspiro es a hacer un buen papel en el sentido de que mi test sea correcto. Tengo solo 8 Grand Prix con Ronaldo, eso es bastante poca experiencia comparada con la que tienen los mejores del mundo, que van a una olimpíada y tienen la posibilidad de estar en competencias todas las semanas en los circuitos de Europa.

¿Con qué caballo vas a competir?, ¿cuáles son sus principales características?
–Voy a competir con Ronaldo, clasifiqué con él y se clasifica por binomios. Es un caballo de raza Dutch Warmblood y tiene 15 años. Es muy especial, siempre dispuesto a cooperar y entregarlo todo.

Cuéntanos brevemente tu rutina de entrenamiento los últimos años.
–Estoy viviendo en Chile, como siempre, y voy a la temporada ecuestre en Wellington durante los veranos para entrenar y competir. Después, los caballos se van con mi entrenadora a donde ella vaya. Este año ha sido Europa, entonces lo que hago es ir a competir y luego vuelvo a Chile, para estar con mis hijos un tiempo. Luego programamos otras competencias y vuelvo a viajar, y así. Paso mucho tiempo arriba del avión. El año pasado estuve prácticamente todo el año en Chile por la cuarentena, y fui a Wellington cuatro meses con los niños, porque podían tener clases online. Así yo podía seguir entrenando y en USA los niños tenían más libertades. Cuando estoy en Chile sigo entrenando, porque tengo algunos caballos ahí también. Mi rutina diaria es siempre más o menos igual: caballos, preparación física y psicológica.

Cuéntanos sobre el equipo de profesionales que te ha acompañado todo este tiempo. ¿Quiénes son?, ¿qué labores realizan?
–Mi entrenadora es Yvonne Losos de Muñiz y su team. Mis ordenanzas son Luis Antonio Pinto y Domingo Montecino. El veterinario es el doctor Jack Snyder (USA). Mi fisioterapeuta y entrenador es Lorenzo del Pozo (España). El también les hace fisioterapia a los caballos y nos acompaña a todas las competencias. Mi psicólogo deportivo es Joaquín Valdés (España), y mi sport manager es José Matiz.

¿Qué ha sido lo más duro para ti en estos años de entrenamiento full?
–Cuando tengo que estar lejos de mis hijos. Eso es lo que se me hace más difícil, a pesar de que tengo a mi nana, la Carmencita, que es lo máximo, mi novio, mi familia, mis padres, mi hermana que los llama y está preocupada de ellos y mis hijos mayores también siempre se preocupan por los dos más chicos. Trato de estar lo más posible conectada con ellos y pendiente de sus cosas. Con diferencia de horario no es fácil y con pandemia peor aún porque, por ejemplo, el año pasado no se podía viajar. Mis caballos estaban en Estados Unidos y yo en Chile. Llegué a Wellington para la temporada ecuestre y obviamente tienes que ponerte en forma otra vez con tu caballo. Porque uno con su caballo forma un team. Tú das señales que ellos te escuchan. Entonces, esa parte fina hay que recuperarla y no es tan rápido. Cada vez que vengo a Chile un tiempo, cuando vuelvo a montar mis caballos, otra vez tengo que concentrarme mucho para ponerme en forma rápido con ellos.

¿Qué es lo que más te ha dado fortaleza?
–El apoyo de mis padres ha sido fundamental. Me apoyan incondicionalmente porque saben que trabajo mucho y que todo lo que hago, y las decisiones que tomo, lo hago con mucha responsabilidad. Y mis hijos (Nicolás, Diego, Cristóbal, Maximiliano y Benjamín) son lo mejor de mi vida. Ellos son mis fans número 1, al igual que mis padres, que me han acompañado siempre desde muy chica. Todos están muy felices de que pueda ir a Tokio 2021.