728 x 90

Isidora Villarino, artista visual: Arte y arquitectura en sinergia

Por: Francisca Gálvez VFotos: Alejandro Araya I.

Es desde una profunda pasión por el arte y una visión estética de la arquitectura, que Isidora Villarino produce una obra visual multifacética y espacial, donde entremezcla una observación aguda y crítica de la ciudad, y su movimiento constante.

Isidora Villarino H. (34) estudió Arte en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Luego hizo un posgrado en Artes Visuales con mención en técnicas antiguas en la Academia de Bellas Artes de Florencia, Italia, y siguió estudios en torno al dibujo analítico y crítica de arte en Madrid. “Siempre tuve interés por el arte y mis papás me dieron ese espacio, estuve en clases de pintura e incluso participé en algunos concursos de chica”, cuenta.

Al momento de elegir una carrera, sabía su interés. “Me iba bien en el colegio y cuando dije que estudiaría arte, algunos lo cuestionaron, sin embargo, seguí mi instinto”. No se equivocó; mientras estudiaba, siempre sintió que era el camino correcto. Aunque en un momento dudó si estudiar arquitectura, que también le interesa mucho y se nota, en la manera en que lo ha incorporado en su obra actual, donde la ciudad tiene un lugar fundamental.

Así, la arquitectura y el espacio urbano son una constante en el trabajo de Isidora Villarino, que por medio del dibujo y la instalación principalmente, transporta al espectador a lugares comunes, pero muchas veces inadvertidos.

Arquitectura, arte y sensibilidad
Sus estudios en Florencia de técnicas antiguas (como fresco y pintura al temple), le permitieron perfeccionar su técnica al detalle. Comenzó a experimentar y mezclar materiales, buscando lograr que el soporte que ocupa, el papel imprimado, pudiera incluso resistir materiales que no están diseñados para él. Después, sus estudios en Madrid de dibujo analítico y crítica de arte la instaron a un trabajo minucioso de buscar la justa proporción y composición de la imagen.
Regresó a Chile en 2012, y siguió creando, fusionando dibujo y pintura. Imágenes con pigmento directo al papel, a pincel, a lápiz, grafito y pastel; combinando el dibujo con la instalación, en un resultado tremendamente espacial. “Me interesa mezclar las dos disciplinas en mis proyectos. La instalación me hace pensar en la relación del espectador con el espacio directamente; más allá de observarlo en una obra bidimensional”, recalca.

Por medio de su trabajo, Isidora establece una relación entre el ser humano y su entorno, rescatando sensaciones e identidades; la estructura de la ciudad, una que revela historias, huellas culturales en movimiento incesante. En torno al espacio urbano y la arquitectura, elementos adyacentes a la construcción aparecen constantemente en su obra: la incidencia de la luz sobre el lugar o perspectivas insinuadas por la disposición de los elementos, entablando relaciones entre lo sutil de la naturaleza y lo tosco de la construcción, carácter que logra intensificar por medio de una técnica delicada del dibujo y la tinta.

Su visión y cuestionamiento existencial son profundos. “Considero que la arquitectura tiene una gran carga estética, transmite una historia y una identidad, aspectos que busco rescatar en mi trabajo en función a un movimiento permanente de la ciudad, que implica muchas veces destruir esa historia e incluso nuestra propia memoria. Pongo de manifiesto la vulnerabilidad de los espacios que habitamos y cuestiono el hecho de que pasado, presente y futuro tensen la relación identidad-memoria. Hay también algo sensible en mi trabajo, en el intentar no olvidar nuestra propia historia, de dónde venimos”.

“Desaparecer”
A mediados de agosto inauguró la exposición “Desaparecer” con Galería Collectio, en un espacio en Alonso de Córdova. Un proyecto que desarrolló en torno al tiempo, la memoria y el espacio. La muestra reúne una serie de obras inéditas que remite a la manera en que avanza el tiempo, cómo esto influye en cada uno de nosotros y cómo la memoria trabaja intentando mantener vivo lo que fue. Son obras marcadas por la ausencia de algo, estando al borde de desaprecer. Esa sutil relación con la muerte está siempre latente en la obra de esta artista.
Es a partir de sus propias fotos que trabaja –siempre es así–, luego comienza el proceso de plasmar, dibujar, pintar. Dibujos en blanco y negro, que trabaja por capas, agregando tonos, luces y sombras, hasta que van apareciendo los espacios. “Me interesa la composición de la imagen, la incidencia de la luz, generar ciertas sensaciones en el espectador; a partir de lugares comunes y sensaciones colectivas”.

Una instalación en Parque Baquedano

Actualmente la artista está trabajando en una instalación que será emplazada de manera permanente en el Parque Baquedano en Santiago. Se trata de un encargo de la Municipalidad de Providencia, en el cual el material de trabajo es la reja –parte del monumento nacional de la casa municipal– que se retiró del lugar para abrir al público el antejardín. Dado que tiene un valor patrimonial, se decidió hacer algo interesante con ella, y se encargó a Isidora una obra de arte.

Su propuesta, que ya está en proceso de elaboración: a primera vista, un gran libro abierto –en un guiño, a su vez, al vecino Café Literario–, es en esencia una propuesta realizada en base a la relación que establece el ser humano con una estructura en general, destacando acciones que describen cómo nos enfrentamos a diario con el espacio. Se puede mirar desde distintos ángulos e incluso entrar, ´habitándola`. En esta instalación está trabajando en un galpón de la municipalidad y será montada durante los próximos meses.

En paralelo trabaja en su taller en Pocuro, un espacio propio de creación y experimentación, donde durante la pandemia se sumergió como nunca antes. A partir de ese proceso introspectivo surgió el proyecto “Espacios sobre espacios”, acerca de estar permanentemente en un mismo lugar. Las redes sociales fueron una gran plataforma y aliada para mover su arte durante ese periodo, una galería virtual sin límites, que le ha funcionado muy bien.

Tremendamente activa, siempre generando, suele trabajar en proyectos de largo aliento. “Un proyecto me ha llevado orgánicamente a otro a lo largo de mi carrera y, en ese sentido, he ido tirando de un hilo que aún no se corta. Todo ha seguido una línea y eso ha permitido que cada nuevo proyecto esté conectado con el anterior”. Participa en concursos, ferias y muestras a todo nivel, en Chile y el extranjero. Es especialmente exitosa en México y Europa, donde su trabajo es parte de colecciones privadas y públicas. Su obra ha sido nominada al premio Latin American Art Award y premiada en la Feria SWAB como Mejor Proyecto, siendo adquirido por la Colección Sorigué (Barcelona 2021), entre otros muchos premios y nominaciones.