Sin duda, tiene la combinación perfecta: equitadora de toda la vida y fotógrafa profesional. Por eso, sus fotos de caballos son realmente increíbles, algo que se puede comprobar a simple vista mirando las páginas de este artículo. “Los equitadores sabemos que detrás de esto hay amor, pasión y gratitud. Las fotos de nuestros caballos son una muy bonita oportunidad de tener un recuerdo maravilloso de un ser tan especial”, cuenta.
Un trabajo único, que solo puede lograr alguien que conozca en profundidad los caballos y el mundo ecuestre en general, es lo que realiza actualmente la socia y destacada equitadora del Club Gloria Franke. Y es que logró fusionar a la perfección sus dos grandes pasiones: la equitación y la fotografía profesional.
Actualmente, y tal como se aprecia en las imágenes publicadas en estas páginas, realiza fotografía de estudio para caballos tanto en Chile como en el extranjero. Y el resultado es simplemente espectacular.
“Fotografiar caballos es un tremendo desafío. Hay que saber ‘moverse en las patas de los caballos’ y más aún con cámaras y equipos de iluminación. Tengo la suerte de haber crecido rodeada de caballos, tener vínculos emocionales y conocimiento de ellos para lograrlo”, cuenta Gloria.
“En cada sesión traslado el estudio completo a la locación acordada previamente con el cliente, para fotografiar al caballo solo o con su dueño. Esto incluye cámaras, lentes, luces, fondos, props, computador y asistentes, entre otras cosas. Trabajo con cámaras de última generación, de muy alta resolución, con lo que puedo llegar a grandes formatos sin perder calidad de imagen. Con el resultado, mis clientes reciben un cuadro a medida en canvas o papel fotográfico, para colgarlo en algún lugar especial de sus casas”, señala.
Además de la sesión completa, hay que destacar que el trabajo de Gloria incluye una reunión previa con el cliente para elegir la fotografía, post-producción, la impresión de la foto en el formato y soporte que el cliente prefiera y la entrega.
“Los equitadores, sabemos que detrás de esto hay amor, pasión y gratitud. Así es que las fotos de nuestros caballos son una muy bonita oportunidad de tener un recuerdo único y maravilloso de un ser tan especial”, concluye.
Larga trayectoria
La relación de Gloria Franke con la fotografía comenzó cuando ella egresó del colegio y se vino desde Viña del Mar a vivir a Santiago para dedicarse a los caballos y a estudiar durante un año fotografía con Bob Borowicz. Después de eso, estudió dos años y medio en la Escuela de Foto Arte de Chile, “y cuando terminé la carrera sentí que la fotografía profesional y la equitación –deporte que ha sido parte importante de mi vida desde que nací, pues provengo de una familia de equitadores y a los nueve años empecé con clases formales de equitación– no eran compatibles. Guardé la cámara dejándola solo para las fotos familiares”, cuenta Gloria.
Debieron pasar algunos años para que volviera a vibrar tomando fotos. “Fue en un viaje que hice a la India poco antes de la pandemia. Aluciné con los colores y las vestimentas de sus personajes. Hice varios retratos que tuve guardados hasta que comenzaron los encierros producto del coronavirus. Este tiempo sin caballos me permitió desarrollar un área de mí que estaba muy guardada y que hizo que me reencontrara con la fotografía”.
Hoy puede decir que logró el equilibrio entre sus dos pasiones y lo plasma en un trabajo precioso. Para ubicarla les dejamos los siguientes datos de contacto.
gloriafranke_fotografia
gloriafranke@gmail.com
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