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El espíritu de El Toro llegó a Vitacura

Por: Montserrat Molina C.Fotos: El Toro

Este emblemático restaurante cuenta con un nuevo local en pleno barrio Alonso de Córdova. Una gran apuesta de su dueño, el empresario gastronómico y chef Chris Portugal.

Dentro de este bar se respira un ambiente muy entretenido. Ecléctico, relajado, súper ondero, con excelente música y gente pasándolo muy bien. Su ambientación, a cargo de la oficina de interiorismo Grisanti & Cussen, es realmente perfecta. Su diseño habla de un estilo atemporal, inspirado en el circuito de los bares de las grandes metrópolis, pues uno perfectamente podría sentir que está en Nueva York o en Buenos Aires. Sobresalen los tonos rojos, con una iluminación más bien tenue, y las mesas y barras están dispuestas de forma tal que todos pueden ver lo que está sucediendo a su alrededor. Afuera, las terrazas, que simulan un gran jardín lleno de vegetación, diseñadas por Proyecto Selva, contienen este espacio urbano súper estiloso. Su propuesta está basada en el concepto de un bar-restaurante relajado, con una gastronomía sibarita de la mano de una barra con una gran coctelería. ¿De qué hablamos? Del nuevo local de El Toro. Un imperdible hoy en Vitacura que nació pese al estallido social y la pandemia. Doble mérito entonces para destacarlo en estas páginas e invitar a visitarlo.

Al momento de proyectar este segundo local, Chris Portugal tenía muy claro lo que quería lograr. La idea era replicar la experiencia gastronómica de El Toro de calle Loreto, pero esta vez en Vitacura. Y la verdad es que lo logró y con creces. Durante las dos semanas que estuvo en marcha blanca puso a prueba la fidelidad de sus toreros, quienes llegaron a ocupar cada una de las mesas del sensacional restaurante. Hoy, en cuarentena, se vieron obligados a cambiar el formato a delivery con una propuesta culinaria exquisita, que mezcla comida peruana, algunas recetas de la cocina española y argentina, con platos emblemáticos del restaurante.

Este proyecto, además, cuenta con un espacio cultural, “tenemos el teatro El Toro, que forma parte de nuestra área cultural dentro del restaurante y que está a cargo de dos grandes amigas artistas: Carola Cussen y María José Illanes. Es un espacio pensado para hacer teatro, microteatro, flamenco y música en vivo”, señala Chris.
La historia de El Toro se remonta a dos décadas atrás, cuando el chef argentino Sergio Caprín, amigo de Portugal, fundó el local en 1999, en la calle Loreto con Bellavista, en Recoleta, “Sergio fue súper visionario, pues se instaló con El Toro en una época en que no había grandes cosas en ese barrio. En 2009 Sergio quiso volver a Argentina, por lo que en el 2010 me vendió el restaurante”, cuenta Chris.

Desde entonces, este chileno peruano, ingeniero comercial, que estudió dos años de cocina en Le Cordon Bleu de Lima, ha estado involucrado en todas las áreas de El Toro. “Se me cruzaron dos mundos que me apasionan: el comercial y el de la cocina”.

¿Qué fue lo que lo enamoró de la cocina?
–Te diría que los peruanos nacemos con un poco de amor por la cocina, ya sea por el hecho de ser peruanos como también por haber crecido viendo a la familia y a los amigos gozar en torno a la comida. Esto para nosotros es una ceremonia, un rito.

¿Cómo nació la idea de inaugurar un segundo restaurante?
–En 2019, El Toro cumplió 20 años y se me metió el bicho de inaugurar un segundo local. El Toro merecía dar un paso adicional manteniendo el primero que es donde están nuestros corazones. A pesar del estallido social, la pandemia y las sucesivas cuarentenas, nunca dudamos en seguir adelante con este proyecto, y la verdad es que estamos muy contentos con lo que hemos logrado.

¿Cómo ha resultado este nuevo desafío?
–Ha sido una tremenda experiencia. A pesar de que hemos tenido la posibilidad de trabajar solo dos semanas en marcha blanca, aun así podría decir que lo hemos logrado y que superamos las expectativas. A los clientes les ha encantado y logramos una atmósfera exquisita.

¿Están haciendo delivery?
–Sí. Implementamos el delivery, que ya lo teníamos en funcionamiento desde el año pasado en la calle Loreto. Es un gran desafío lograr que los platos lleguen a las casas en la mejor de las condiciones. Los pedidos se realizan través de la pagina www.eltoro.cl, de lunes a sábado a partir de la una de la tarde, horario de corrido hasta las ocho y media de la noche. Nuestro boom ha sido el “Toro Sour” congelado en botellas de un litro.

¿Realizan los mismos platos que ofrecen en el restaurante?
–Sí, pero en una versión más reducida de la carta. Hay menos platos disponibles, pero son los mismo, las porciones y la calidad son las mismas.

¿Qué tipo de cocina es la que los caracteriza?
–La carta tiene una tendencia bastante inclinada hacia la comida peruana. Respeté la carta que tenía Sergio, que es muy buena, por eso todavía hay platos emblemáticos que se ofrecen hasta el día de hoy, como las empanadas de masa filo rellenas con mozzarella, tomate y albahaca; la plateada reducida en vino tinto y champiñón a fuego lento, y las papas bravas. Luego, en el camino, intervine yo y han entrado cebiches, tiraditos, causa limeña y he ido tomando cosas de la comida española que me gustan mucho, sobre todo sus picoteos como las croquetas de jamón, de espinaca y la tortilla de papas. De Argentina rescaté una milanesa exquisita con spaghetti al pesto.

¿Cómo ha sido la recepción de la gente?
–Estoy encantado, ha sido tremenda, un momento de reencuentro maravilloso. El Toro de Vitacura superó las expectativas de todos los que han venido a conocerlo.